Paula Vázquez

¡Mamá, que no estoy loca! Esa fue la primera frase que le solté a mi madre cuando me dijo que iría a un psicólogo. Lo que pensaba en ese momento, era que ella me estaba castigando.

Encima, mis amigos pensarán que soy una rarita y se van a alejar de mí.” Eso me creía yo. Sin embargo, hoy en día, sé que fue una de las decisiones más inteligentes que mi madre tomó por mí. Aunque en ese momento no padecía ningún trastorno mental, necesitaba unas herramientas de las que no disponía en aquel momento.   

Actualmente, la salud mental es un problema de TODOS y no le damos la importancia que realmente se merece y debería tener. A pesar de que la situación está mejorando, el estigma sigue siendo un gran obstáculo. Cuesta mucho dar el paso y, sobre todo, nos cuesta mucho contarlo. “¿¡Que dirán los demás!?”, pensamos constantemente, aun sabiendo que en nuestra mente y en nuestro cuerpo algo no funciona del todo bien.

La falta de la salud mental se ve reflejada cuando la persona es incapaz de vivir su día a día en sociedad y en su ámbito laboral.

La falta de la salud mental se ve reflejada cuando la persona es incapaz de vivir su día a día en sociedad y en su ámbito laboral.  La ausencia de una buena salud mental también puede afectar la salud física y aumentar la posibilidad de padecer patologías y enfermedades mentales que si no son tratadas pueden convertirse en crónicas. Por ello, una buena salud mental es fundamental para llevar una vida sana, productiva y feliz.

Vivimos en un país donde la primera vez que se ha hablado de salud mental en el parlamento ha sido a raíz de una pandemia que nos ha dejado a todos descuadrados. Hasta ahora, no le hemos dado esa voz que necesita para ser conocida. Me alegra mucho saber de qué tras esta oscura época como fue la pandemia, haya aparecido la oleada de preocupación e inquietud acerca de la salud mental; sin embargo, no tiene que ser una simple moda, la salud mental debe llegar para quedarse.

En España, una de cada diez personas está diagnosticada con un problema mental o psicológico, y se estima que el 25% de la población experimentará un problema de salud mental en algún momento de su vida. La depresión, la ansiedad y el trastorno obsesivo-compulsivo son algunos de los trastornos más comunes que se pueden padecer. Además, el número de suicidios es alarmante, ya que en 2018 fallecieron 3.539 personas en España. Sin embargo, aún no existe una estrategia clara de prevención para evitar estos trágicos desenlaces.

Por un lado, el estigma es uno de los grandes obstáculos que se deben superar para buscar ayuda profesional en salud mental. Todas las personas corren cierto riesgo de desarrollar un trastorno de salud mental, sin importar su edad, sexo, ingresos u origen. Sin embargo, investigaciones han demostrado que un gran número de personas con trastornos y problemas mentales, no acceden a los servicios de salud debido al gran estigma que se ha creado. Históricamente, se han creado estereotipos sobre la vulnerabilidad de las personas con trastornos mentales que son perjudiciales para la población. Por tanto, es fundamental luchar contra estos estereotipos y normalizar la búsqueda de ayuda profesional.

4 de cada 10 españoles aseguran no gozar de una buena salud mental y casi el 75% de la población está convencida de su salud mental ha empeorado durante los últimos años.

Por otra parte, la barrera económica es otra de las limitaciones que impiden a muchas personas acceder a servicios de salud mental de calidad. Y es que ir al psicólogo, a día de hoy, se considera un privilegio de unos pocos y más aún después de la pandemia. 4 de cada 10 españoles aseguran no gozar de una buena salud mental y casi el 75% de la población está convencida de que ha empeorado durante los últimos años. A este dato le añadimos que España es uno de los países que menos recursos económicos destina al gasto sanitario en salud mental; por lo tanto, formamos una combinación muy dañina para la falta de recursos en la seguridad social. Por consiguiente, debe ser el gobierno el que debe tomar las riendas y proporcionar un equipo de especialistas en condiciones. Deberímos disponer de un tratamiento psicológico efectivo con unas visitas más frecuentes.

La prevención es clave para evitar que la salud mental de las personas llegue a niveles preocupantes. La salud mental es importante a lo largo de nuestra vida, desde la niñez hasta la vejez. La OMS ya ha advertido que en 2030 la primera causa de discapacidad será la enfermedad mental. No debemos llegar a tales extremos. Se nos debe de quitar de la cabeza el hecho de que ir al psicólogo es solo para emergencias y para ello, la prevención es un punto clave. Con el uso de un modelo de prevención se puede ayudar a tener un buen funcionamiento en las actividades del día a día.

Además, sirve de apoyo para que las personas se capaciten para resolver sus propios problemas. La salud mental es mucho más que no tener un trastorno mental. Una persona que no ha llegado a unos graves niveles de malestar también debe cuidarse. Para hacer una sencilla comparación, tú puedes ir al dentista cuando tu diente se va a caer, o, por otro lado, lavártelos todos los días y hacer una revisión al año. Suena lógica la segunda opción, ¿no? Con este ejemplo quiero mostrar lo interiorizado que tenemos la prevención en muchos campos. Pero con el psicólogo es diferente. Tenemos muy arraigado el hecho de hacerse el fuerte, aguantarse las emociones porque no hay derecho a quejarse. Luego la tasa de suicidio suben y aquí nadie se replantea nada. Tenemos un problema, y no veo iniciativas eficientes por parte del gobierno.

Ni estás loco por ir al psicólogo, ni la salud mental debe ser algo de ricos. La salud mental debe convertirse en una prioridad para todos.

En conclusión, los datos demuestran una y otra vez una realidad que no estamos dispuestos a soportar. Debemos coger toda la información que nos dan y hacer un cambio de chip tanto político como social. Ni estás loco por ir al psicólogo, ni la salud mental debe ser algo de ricos. La salud mental debe convertirse en una prioridad para todos. Tenemos muy arraigado el hecho de hacerse el fuerte, aguantarse las emociones porque no hay derecho a quejarse. Luego la tasa de suicidio sube y aquí nadie se replantea nada. Tenemos un problema, y no veo iniciativas eficientes por parte de las autoridades y los gobiernos para hacer frente a estas problemáticas.

 


 

Paula Vázquez és estudiant de Grau de Dret a la Universitat Pompeu Fabra. Actualment treballa en l’area RRHH i té una gran passió per la psicologia. Forma part de deba-t.org des de l’abril de 2022.

 

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