… y pongo la palabra drogas entrecomillada porque, después de hablar del tema con amigos y conocidos (muchos de ellos universitarios), he notado que la percepción del término es, cuanto menos, difusa.

Curiosamente, la mayoría piensa que drogas son solamente aquellas sustancias que afectan al sistema nervioso central pero sin incluir el alcohol, ni el tabaco, ni el café, ni el té, entre otras. Ello es correcto si nos ceñimos a la definición que de droga da la ONU, que solo categoriza como tales a las sustancias psicoactivas ilegales. En cambio, la OMS y mucha gente dentro del campo científico no hace distinciones entre legalidad e ilegalidad porque ello es un sinsentido cuando tratamos de definir este término médico.

Es más, otra de las características de las drogas es que su consumo puede, sin ser la consecuencia que en mayor medida se da, crear adicción o, lo que es lo mismo, generar síndrome de abstinencia al dejar de consumir la droga. Pongo en duda, pues, que en un país como el nuestro, en el que una parte (pequeña, eso sí) de la población empieza el día con un carajillo y sigue en la comida con un par de copas de vino para acabar el día con unos cubatas como regla general y/o tiene que utilizar su descanso laboral de 5 minutos para salir a fumar y/o se toma 5 cafés durante el día, se diga que estas tres sustancias no pueden crear un cierto grado de adicción.

También está muy extendida la idea de que todo consumo de drogas ilegales es abuso entendido como un mal uso que conlleva graves consecuencias médicas y sociales. Pues bien, según datos de la Oficina Contra la Droga y el Delito de la ONU (nombre que dice mucho de cómo se tratan las drogas a nivel político) tan sólo entre un 10 y un 15% de la población mundial que en 2008 consumió drogas ilegales, en edades comprendidas entre 15 y 64 años, es categorizada como problemática (considerados los sujetos drogodependientes).

Una vez definida la palabra droga en estas conversaciones me encuentro que hay un bajo nivel de concienciación de la problemática que se da en nuestra sociedad en relación a ellas (quizás porque la gente con la que he hablado han tenido muy pocas o ninguna relación con las drogas ilegales). Tengo que puntualizar que, dadas las fuertes presiones globalizadoras, yo concibo la sociedad no solo dentro del encuadre de región o de estado sino más allá, en un espacio mundial.

Así pues, cabe destacar que la tenencia y el consumo del cannabis y sus derivados puede implicar penas de cárcel en ciertos estados de los EUA. Imagínense ustedes, el desastre social que eso implica. Miles de adolescentes que ven truncado su desarrollo personal por consumir una droga siendo la pena que se les impone mucho mayor que la que podría implicar el consumo de la droga por sí solo.

Otro aspecto es el de las pocas garantías que ofrece una sustancia que ha sido comercializada sin contar con ningún tipo de control de calidad ni mucho menos, de sanidad. Esto implica, entre otras cosas, que quien ha consumido un día, pongamos como ejemplo, una raya de speed, pueda tener una sobredosis al tomarse una dosis a la que le han aumentado la pureza a la que estaba acostumbrado (que, en general, suele ser muy baja).

¿Y qué decir de la situación de los países productores y de tráfico de estas sustancias? Países como Honduras, El Salvador y Guatemala que forman un triángulo de paso de la cocaína hacia los EUA que sufren el problema del consumo en el primer mundo en sus propias carnes. En estos países el peso del estado se ve tremendamente reducido por el control que las mafias tienen del territorio y de la población haciendo que la administración solo pueda recaudar del orden del 12% del PIB nacional en comparación con el 40% de la media Europea, entre otros problemas.

Las soluciones pueden pasar por la descriminalización, la despenalización, la legalización o la regulación que, a su vez, pueden tratarse a nivel local, regional o internacional y, por otra parte, puede actuarse tanto sobre la oferta (producción y comercialización) como sobre la demanda (consumo y tenencia)… Muchas variables influyen.

En realidad, estoy convencido de que yo mismo soy un ignorante en esta materia pero, después de haberme dado cuenta de lo poco que he visto, creo muy necesario pedir que se abra un debate (llevado con propiedad, por favor) a nivel mundial pero también más local sobre esta temática que a tanta gente afecta y que de forma tan cínica y borrosa se gestiona en la sociedad hoy.